La mina mas antigua de España, en un barrio de Madrid

En la mina más antigua de la Península Ibérica se extraía silex, materia prima fundamental para la elaboración de instrumental lítico, como puntas de flecha, instrumental para el trabajo de las pieles, herramientas para la recolección de frutos, y para la práctica de la agricultura que empezaba a conocerse hace 7000 años, la edad de las minas de Casa Montero, a escasos kilómetros de la Puerta del Sol de Madrid.

Durante los trabajos de construcción de la carretera M-50 que bordea el cinturón de ciudades industriales de Madrid, apareció un extenso campo repleto de estrechos y profundos pozos, que indicaban una antigua actividad minera, la construcción de la carretera, nos mostraba la segunda mina más antigua de Europa, tras las mina de Defensola, en Italia.

El material extraído de aquellos estrechos pozos, de entre metro y medio y dos metros de diámetro, y aproximadamente ocho metros de profundidad, era el valioso silex, necesario para el utillaje lítico. El lugar de la mina probablemente constituye antiguos asentamientos desde el paleolítico, que ante el agotamiento del material en superficie, optarían por cavar en un terreno arcilloso y sencillo, para seguir extrayendo la materia prima esencial para la talla de puntas de lanza, raederas de pieles, punzones, buriles y todo tipo de instrumental para el desarrollo de la vida cotidiana.

Los primeros trabajos arqueológicos, que ante la magnitud del descubrimiento paralizaron las obras, dieron lugar a la delimitación de un yacimiento de cerca de 14.000 m2 en el año 2003, con 2690 estructuras subterráneas distribuidas de forma desigual, con gran concentración en el centro oriental y más dispersos hacia el oeste. De todas estas estructuras encontradas, se han excavado 188 fosas, que han documentado la existencia de una intensa actividad minera que comenzaría hace unos 7000 años, y que se prolongaría al menos mil años más. 

Como se puede ver en el dibujo de la sección transversal de los pozos, la excavación de galerías verticales era muy simple, probablemente fueran ahondando a medida que iban agotando las vetas en las capas superficiales, y descendieran mediante cuerdas, escalas o cuñas clavadas en las paredes, por los instrumentales encontrados en el contexto.

La talla lítica se llevaba a cabo en las inmediaciones del campo de pozos, por grupos neolíticos sentados en la vera del río Jarama en su confluencia con el río Henares, un lugar idóneo para las actividades ganaderas que comenzaban a ser habituales, junto a una incipiente agricultura de ribera.

Entre los restos de herramientas encontrados, encontramos el instrumental propio de la minería, tanto el destinado a la construcción de los pozos, como picos, mazas o cuñas, como el destinado a la extracción del material, tipo raederas o denticulados. 

Los trabajos de talla lítica han dejado toneladas de restos que eran aprovechadas para rellenar los pozos, una vez se habían explotado, evitando riesgos de accidentes para los grupos que se congregaban en torno a esta actividad.

La socialización sería una de las consecuencias de una industria minera de tal envergadura para grupos neolíticos. Confluirían en torno a las minas de Casa Montero estos primeros agricultores del centro de la Península, en busca de materia prima y utensilios.

Una de las curiosidades que nos deja el estudio de esta antigua mina, es la existencia de una escuela de aprendices de talladores, que se ha deducido al descubrir diversos niveles de calidad de los útiles tallados, desde un nivel básico, pasando por niveles más avanzados hasta llegar a niveles de talla superior, concentrados en un mismo lugar. El aprendizaje de la técnica de talla comenzaría entre infantes de entre 3-7 años, que colaborarían en actividades como enmangue de las puntas de lanza o tratamiento de los desechos;  seguiría en un nivel avanzado entre niños de 7 a 10 años para concluir ya en los primeros productores a partir de esa edad. El aprendizaje de actividades humanas constituye uno de los principales motivos de cohesión social.

También en las minas de Casa Montero podemos apreciar toda la secuencia desde la obtención de la materia prima en los pozos, hasta el abandono de los mismos por agotamiento, pasando por todo el proceso de talla, percusión del núcleo, obtención de lascas, afinamiento…

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2 comentarios

  1. Maravilloso tener tan a mano de la gran urbe Peninsular el pasado de finales del neolítico, qué bien explicáis en el artículo este yacimiento tan desconocido. Efectivamente es la mina más antigua de la Península documentada hasta ahora, y una de las más antiguas conocidas en el mundo, no entiendo que sea tan desconocida. Gracias por divulgar este peculiar lugar. Lo que se conoce es lo poco que permitió la CAM proteger, sabemos que debe tener muchísimo conocimiento enterrado bajo la M50, pero con el interés económico hemos topado.

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